Psicólogos
Artículos:
¿Cómo Conseguir un buen Psicólogo?
El encuentro con un buen psicólogo es un tema altamente subjetivo…se trata del encuentro cara a cara entre dos personas. En este encuentro, la vivencia subjetiva es fundamental, es decir, la calidad de la relación con los psicólogos es más importante que el enfoque técnico y/o teórico del profesional. Incluso alguien te puede recomendar a alguien diciéndote que es excelente y a vos no te “cayó bien” el profesional. Este tema esta extensamente desarrollado en cómo escoger un terapeuta, en donde se mencionan los errores mas habituales cometidos por los profesionales a quienes les falta idoneidad y se mencionan distintas referencias para saber si el proceso terapéutico va por buen camino.
Es indispensable que te provoque confianza el profesional. Si esto no ocurre, es recomendable que pruebes con otros psicólogos hasta encontrar a alguien con quien te sientas cómodo/a. En relación a poder generar esta comodidad, tu puedes elegir el sexo y/o la edad del psicólogo.
Puedes consultar en el Colegio de Psicólogos por los datos, el título y la matrícula del psicólogo, para averiguar que realmente lo sea.
Y si te preguntas porque estoy por comenzar terapia…¿tiene sentido?, te cuento que no te arrepentirás, es un viaje hacia el interior de uno mismo...vas a escucharte y descubrir cosas de vos que te sorprenderán...ánimo y éxitos!
Usted puede consultar cualquier manual de ética profesional, los cuales son muy fáciles de conseguir en internet, para sacarse alguna duda al respecto.
Es muy importante resaltar que en la relación consultante-psicólogo, siempre, tarde o temprano, van a surgir emociones que no van a agradar…Este no es el momento de “elegir otro profesional”.
Si con el profesional surgiera algun inconveniente, es recomendable que le comunique lo que le esta ocurriendo con el. Si el inconveniente se vuelve insalvable, no dudes en recurrir a otro psicólogo…nadie te puede juzgar por esto y lo más importante es tu salud.
Un encuentro Imprevisible
Los dos participantes de una entrevista psicológica (consultante y psicólogo) se encuentran ante una situación desconocida, con una persona desconocida, para hablar de temas en gran parte desconocidas. Esta situación genera naturalmente ansiedad y/o angustia.
A esta situación debe adicionarsele que la personas que consulta viene con cuestiones “que lo ponen ansioso” o “lo desbordan” o se siente “invadido”. Fácilmente el que consulta puede asumir una actitud defensiva, evitando realizar la consulta que necesita. Sin embargo, la experiencia demuestra que luego de unos minutos, estas ansiedades disminuyen notablemente.
¿Cuándo pedir ayuda?
No es fuerte quien no necesita ayuda, sino aquel que tiene el valor de pedirla. La supuesta fortaleza interior de quien pretende no necesitar ayuda de ningún tipo, no es, sino, la debilidad de no poder reconocer la ayuda que se recibió de los padres... Es que la naturaleza nos hace nacer plenamente indefensos, y si sobrevivimos fue gracias a la ayuda recibida. La auténtica, real autonomia puede ser lograda, a través de reconocerse necesitado, dar respuesta a esta necesidad y transformar nuestras necesidades.
Nadie que haya vivido en felicidad lo ha hecho solo, lo ha logrado solo, ni nadie que haya logrado objetivos importantes, los ha realizado sin ayuda o asistencia…
La persona que solicita terapia, está reconociendo que no puede resolver su situación de malestar como pensó que era posible, que lo ha intentado más de una vez y no encuentra la solución. No la encuentra, aunque está en el/ella mismo/a…la paradoja humana se encuentra en que la solución esta en el interior de uno mismo; sin embargo, esta se encuentra “en estado de vinculación con el otro”: al ponerme en relación, vinculación con otra persona, me conozco, descubro y asi obtengo la posibilidad de “hacer algo” con lo que me esta ocurriendo en la vida. La no comprensión de esta paradoja conduce a intentos repetitivos e infructuosos en el intento de dar respuesta
al malestar.
Nadie duda en reconocer la necesida de respirar, o alimentarse…¿Por qué poner en duda la nececidad de pedir ayuda, de vincularse?...Como toda necesidad no reconocida y no satisfecha, esto suele terminar siendo toxico para el psiquismo e incluso para el organismo.
¿Cuándo es recomendable hacer terapia?...Cuando:
- se piensa que el malestar se debe solamente a un desorden físico o a uno social (desempleo, discriminación)
- el grado de malestar y duracion de los síntomas se torna “molesto” o “insoportable”.
-se tiene la sensación de que mediante acciones voluntarias y conscientes es imposible evitar el sufrimiento.
- usted se siente vulnerable para enfrentar ciertas dificultades o problematicas por sí mismo.
- usted se siente demasiado exigido.
- a usted, no se le ocurre una alternativa nueva de respuesta, distinta a las que ya intentó y no puede solucionarlo.
-su problemática esta afectando su desempeño laboral, desfavoreciendo la calidad a su sueño o impidiendo sostener sus vinculos.
- Cuando una fobia interfiere con la vida diaria y crea inhabilidad.
Después de todo, practicamente todos vivimos alguno de estos síntomas, sin embargo, el grado de malestar y su duración debe movernos a actuar por nosotros mismos.
Comparta su situación con una persona de confianza, y pregúntele lo que usted desee: si ha notado un cambio en su conducta o estado de ánimo, como lo ve, cuentele algo de lo que le sucede. Comparta su duda de si hacer terapia o no, teniendo presente que esta decisión, solo puede ser tomada por usted. Otras indicios que indican la necesidad de hacer una consulta son:
Intensos sentimientos de culpa
Pensamientos de suicidio no el deseo pasivo de “estar muerto”, sino “querer matarse”.
Desesperación extrema…”la vida se ha terminado para mí”, por ejemplo.
Inquietud o depresión prolongadas, la sensación de estar “atrapado”, o la sensación de estar bloqueado, inhibido, anulado.
Síntomas físicos
Ira incontrolada, que hace que nuestros amigos y seres queridos se distancien
Dificultades laborales o de la vida cotidiana continuadas.
Abuso de sustancias o actividades
¿El psicólogo alivia o cura?
Es uno de los grandes dilemas que, al no acordarse una respuesta en común por la comunidad cientifica, provoca la aparición de distintas tecnicas terapéuticas. Las diferentes técnicas terapéuticas se diferencian básicamente en “como alivian”. La cura en si no puede generar técnicas distintas dado que curar, tiene que ver con “dejar de ser y/o hacer lo que somos y hacemos en nuestra vida cotidiana sin darnos cuenta”, que nos provoca malestar y/o sufrimiento.
Si el psicólogo alivia…¿En qué se diferencia de una droga o medicamento?...Sin embargo por momentos el malestar puede ser muy intenso.
Si los psicólogos curan, ¿No será posible usar un poco de anestesia?.
Es claro que la salud pasa por la cura. Sin embargo, el proceso de cura significa por lo general “revivenciar” situaciones difíciles que pueden ser demasiado desestabilizantes para la persona.
Cuando un acupunturista trabaja, intenta al aplicar la aguja, que el paciente sienta un “dolor placentero”…ese punto se convierte en el lugar donde se produce un eficiente proceso terapéutico. En un proceso terapéutico, la situación no es muy distinta. Llegado el caso, solo se trata de momentos…
El problema surge cuando un abordaje terapéutico se centra en “brindarle herramientas” al consultante, brindarle“un nuevo mapa de la realidad”, porque de esta manera, lo único que se esta realizando es un alivio, un sedación. Cuando la perspectiva teórica o técnica terapéutica se centra en aumentar “las posesiones” del paciente (más recursos, más herramientas, nuevos mapas), esta hablando de alivio; en cambio, cuando la teoría o técnica terapéutica se centra en la observación del propio ser (en oposición al tener de “las posesiones”), y la discriminación de las identificaciones que nos determinan en nuestros malestares, esta hablando de cura.
¿Hombre o mujer?
¿Qué prefiere, ser atendido por un hombre o una mujer?...Esta es un decisión absolutamente personal que tiene que ver mas con la confianza y comodidad que genera en cada cual, que con una diferencia real entre los psicólogos hombres y psicólogos mujeres.